La reciente liberación del ex Gobernador de Puebla, Mario Marín, conocido como el “Gober Precioso”, ha generado un gran descontento y críticas severas, especialmente por parte de la periodista Lydia Cacho, quien fue víctima de tortura bajo su mandato.
Una jueza determinó que Marín, acusado de ordenar torturas contra Cacho y de proteger redes de trata infantil, no merecía prisión preventiva, limitando su castigo a una multa de 100 mil pesos.
Esta decisión ha sido fuertemente cuestionada por Cacho, quien señala que el exgobernador utiliza su poder e influencia dentro del sistema judicial para evitar una condena firme. Mario Marín, detenido en febrero de 2021 en Acapulco y posteriormente trasladado a una prisión en Quintana Roo, había sido el centro de un escándalo en 2006 cuando se filtró una grabación en la que garantizaba impunidad a Kamel Nacif, empresario vinculado a su gobierno, por la tortura a Cacho.
La polémica conversación fue la que le valió el apodo de “Gober Precioso”. La liberación de Marín ha reavivado el debate sobre la corrupción y la falta de justicia en los casos que involucran a figuras políticas de alto perfil en México.
Liberan al “Gober Precioso”
